Álvaro Morata fue protagonista indiscutible en el partido que enfrentó al Atlético de Madrid y Chelsea, correspondiente a la segunda jornada de la Fase de Grupos de la UEFA Champions League.
Todas las miradas se centraban en él, sobre todo las de los aficionados colchoneros que no le perdonaron su
pasado como jugador del Real Madrid: nada más sonar su nombre en la previa del encuentro le dedicaron una sonora pitada, dejándole claro que no era bien recibido en el feudo rojiblanco.
No fue un hecho aislado. Cada vez que Morata entraba en contacto con el balón, sonaban los abucheos. Ni siquiera que el delantero de 24 años sonase como posible refuerzo del Atlético cuando militaba en la Juventus calmó a la hinchada.
En el minuto 60, el madrileño se tomó cumplida revancha rematando al fondo de la portería de Oblak un gran centro de Eden Hazard para anotar su cuarta diana consecutiva en dos partidos, empatando la contienda ante el conjunto que pudo ser el suyo. Seguramente si los acontecimientos se hubieran dado de otra forma y el jugador hubiese decidido unirse al proyecto comandado por Diego Pablo Simeone, hoy la historia sería muy diferente...
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